Miradas que nunca tienen respuesta. Sueños que nunca se
cumplen. Estrellas que se apagan con el tiempo. Corazones rotos. Recuerdos
imborrables.
A veces todo comienza con un “hasta luego”, con un “nos
veremos” o incluso con un “adiós”. Nadie sabe con seguridad que ocurrirá en un
futuro.
Ansias estar cerca de alguien cuando te sientes solo, cuando
te entran ganas de abrazar a los recuerdos. Palabras que no necesitan imágenes.
Cierra los ojos. Ahora piensa en eso que tanto quieres. En
eso que te gustaría poseer. Eso que es difícil olvidar por pequeño que sea. Las
cosas pequeñas son las que más valor tienen. Los detalles.
La razón por la que estás ahora mismo aquí. Qué débiles
seriamos si por cada obstáculo que hubiera en nuestra vida lo convirtiéramos en
un muro infranqueable.
Siempre digo que la música ayuda mucho. Es necesaria en cada
momento. Tendemos a poner la canción inadecuada en ciertos momentos.
Probar a leer esta entrada con dos tipos de música diferentes.
Una sentimentalista y otra mucho más alegre. Ya veréis como cambia todo.
Ahora trasladar eso a vuestra vida. En momentos de bajón, de
querer acabar con todo por no tener lo que quieres, párate a pensar en un momento
que a lo mejor lo que falla es la música que te acompaña.
Cada momento tiene su banda sonora. Tú eres el director de
orquesta. Tú decides.
Prueba a ver una película sin música, a ver qué te parece.
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